Me preguntas cómo me volví loco. Ocurrió así: Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que se habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que había modelado y usado en siete vidas.
Gibran Khalil Gibran (El loco)
8 comentarios:
Tengo una de estas mascaras, guardada celosamente en las profundidades de viejo un bául olvidados de Dios.
No la enseño a nadie ya que es mi secreto, el alma de mis pensamientos, la luz de la vida.
¿Solo siete? Creo que llevamos una para cada momento. ¡Abajo las máscaras! Fantástica ilustración.
La cuestión es... que nadie sepa cuando las llevas y cuando no. Detrás de ellas podemos encontrar una incomprensible libertad.
Cuánta violencia en lunes por la mañana. Gran trabajo.
muy chula la ilustracion, verónica! Resulta de lo más inquietante.
Gracias José Miguel!
La verdad es que me cuesta empezar la semana con violencia o incluso con entusiasmo. Yo dejo el entusiasmo para el martes y la violencia para el viernes.
Qué tal Aitor? gracias, gracias! Menos mal que no le está metiendo el dedo en el ojo, que sino...
Gibran siempre sorprende, se paladea a tragos cortos y nunca deja mal sabor de boca.
Estoy de acuerdo contigo, Verónica, sin máscaras la convivencia sería imposible y la vida un calvario. Yo las veo más como una generosa protección para quienes nos rodean, que como un camuflaje del que la lleva.
Cierto, Enric. No se cansa uno de leer a Gibran. Aunque hace tiempo que no lo leía.
Mañana me veréis con mi máscara de esclava del trabajo.
Publicar un comentario