Sobre las olas
Le crecieron las uñas al cadáver,
le creció la barba,
el duelo obligó a la compañía
a suspender las funciones de la temporada
y desapareció del recuerdo de los hombres
la imagen de la gitanita Bibiana la coristilla...
que, con el cuerpo
dentro de una trusa de hilos de plata muy rutilantes,
exageradamente pintados los ojos,
la boca y las mejillas...
Alfredo Armas Alfonso
(Los cielos de la muerte, 1949)
16 comentarios:
La muerte, cosa segura... el recuerdo depende del vivo, quieras maquillar o no el pasado o el presente muerto... recuerdo, cosa de vivos.
Me encantan las representaciones en vertical, obliga a la vista a subir y bajar! =)
He caído (literalmente) en el hechizo de tu ilustración...
Una angustiosa caida a la nada. Excepcional como ya es costumbre en ti (aunque pueda parecer una contrasentido).
Prefiero negar la angustia de su rostro y ver, en el torso de la gitanita, las raíces de una hermosa flor.
Bueno, José María. Pero que poeta estas hoy! Muchas gracias por regalarnos esas palabras.
Mmm...que bien Roberto! esa era la intención :-)
Pero una caída como Dios manda, Joe...maquillada y sin zapatos!
Y como dice nuestro amigo Enric, podemos negar la angustia y además ver, lo hermoso que puede ser quedarse a vivir eternamente en el mar.
Gracias chicos!
Cuando la caída no tiene fin, el vuelo es el del olvido. Vuelo contigo, entre las tintas que oscurecen el papel.
Cuando la caída no tiene fin, el vuelo es el del olvido. Vuelo contigo, entre las tintas que oscurecen el papel.
Parece que el fondo del mar le tira del pelo. Qué cabrón.
Independientemente de cualquier consideración técnica, tus dibujos me resultan extraordinariamente evocadores, sugerentes. No se... Invitan a quedarse un rato mirándolos, como esperando a ver qué nos cuentan, o qué nos revelan.
Y en otro orden de cosas, si quieres te paso el relato del que hablo en el blog, y me das tu opinión. Que seguro me sería de ayuda.
Nombrar el recuerdo para no desaparecer del todo. A veces lo intento.
Tu dibujo lo veo como un vuelco hacia la nada.
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y los que seremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el fin, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá quien fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.
Esto lo escribio un tal Borges.Un buen tipo, la verdad.
Chris, creo que has resucitado a la chica con tu poesía!
Gracias, poeta!
El bendito mar, José Miguel. Que tiene a veces más vida de lo que nos pensamos.
Gracias, Miguel. La verdad es que sí que tiene aún muchas cosas que contar. Y estaré encantada de leer tu relato. Aquí lo espero! :)
Hola, Isabel. A veces, caer al vacío nos lleva a nuevos territorios...o eso nos gusta creer.
Gracias, Zeta!
En este blog tenemos un cariño y admiración especial por Borges. Y este texto le va tan bien a esta entrada.
muy chulo el blog!!!
Gracias, Javier.
Eres siempre bienvenido!
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